Para quienes no siguen nuestras historias por Instagram, les platico que a finales de Agosto viajé por primera vez con mi Matisse, un perrito mix de Vizsla y Pointer, de México a Europa. Nuestro destino final era el Reino Unido, pero decidimos quedarnos 11 días en París, para disfrutar de unos días por la capital francesa y evitarnos una cuarentena carísima en Inglaterra. Aprendimos muchísimo de este viaje y disfrutamos París de una forma que ni Luis ni yo conocíamos, en compañía de nuestro adorable cachorro. Les comparto toda la experiencia:
Documentación y vuelo.
Matisse voló en el mismo avión que nosotros, como mascota documentada, en un vuelo directo de México a París operado por Aeroméxico. El proceso de documentarlo con la aerolínea fue muy sencillo pues tenía toda sus papeles completos. El vuelo salía a las 10:30 de la noche y aunque nos acercamos al mostrador para el proceso de check in desde las 6:30 de la tarde, nos permitieron quedarnos con él hasta las 9:30 de la noche, una hora antes del vuelo.
Finalmente lo entregamos y lo acompañamos a una sala donde hacen la última revisión visual, cierran frente a nosotros la transportadora con cintillos plásticos para prevenir cualquier accidente y nos despedimos de él mientras se lo llevaban a embarcarlo. No pudimos ver que lo subieran al avión y así que nos volvimos a encontrar hasta que llegamos a París.
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Toda la información detallada sobre el proceso de trámites y documentación previos al viaje está disponible en éste artículo

Aduana y llegada al aeropuerto.
La realidad es que llevaba meses preparándome para este momento. Los trámites y documentación necesaria para exportar un perro desde México a Europa son muy específicos, no exactamente complicados pero sí requieren de tiempo, precision y paciencia. En resumen, toda esta información fue meticulosamente revisada por los agentes de Aeromexico antes de dejarlo abordar, sin embargo nadie nos revisó absolutamente nada llegando a París.
Apenas aterrizamos, Luis y yo pasamos por la aduana francesa de forma normal y aunque declaramos que viajábamos con una mascota, no nos pidieron sus documentos. Corrimos a las bandas de equipaje, ansiosos de ver a Matisse, pero no lo veíamos pasar. Preguntamos y nos indicaron que las mascotas documentadas llegan en la última banda, misma donde entregan equipaje con exceso de dimensiones. Para nuestra sorpresa, no había nadie supervisando, a pesar de que había un mostrador. La banda estaba en operación, y algunos objetos como carreolas o tablas de surf llegaban y se amontonaban al final. Después de unos minutos de angustia vimos llegar la transportadora de Matisse y un poco desconcertados de que nadie estuviera ahí para bajarlo, entramos y nosotros mismos lo hicimos.
Lo saludamos, revisamos que todo estuviera en orden y salimos. Volteando a todos lados, esperando que alguien se nos acercara para pedirnos documentación o mínimo alguna prueba de que era nuestro y no nos lo estuviéramos robando, nada. Caminamos hacia la salida, todavía desconcertados y pasamos junto a unos oficiales, que nos indicaron que siguiéramos adelante.
No se si nosotros debimos habernos acercado a alguna oficina en particular, pero nada estaba señalado y nunca nos indicaron lo contrario, así que esa fue nuestra experiencia.
Transporte Público.
Taxi y Uber.
Es posible a consideración del conductor. Matisse viajó en un taxi desde el aeropuerto a nuestro Airbnb dentro de la transportadora, por lo que no hubo mucha objeción. Desde que llegamos, la operadora solicitó una unidad para un perro grande en transportadora y fuimos cómodos los tres dentro de una van. Fue lo mismo para el caso del Uber, desde que lo pedimos indicamos que viajábamos con un perro en transportadora. El primer conductor nos canceló el viaje, pero el segundo si llegó por nosotros sin problema.
Metro.
En París los perros pequeños pueden viajar en el metro sin objeciones pero los perros grandes deben portar bozal y pagar la tarifa de un niño para poder abordar. Nosotros no utilizamos el metro porque preferíamos caminar, además de que no llevábamos bozal, pero sí vimos algunas personas salir con perros de las estaciones de metro.
Hospedaje: Airbnb vs Hoteles.
En nuestra experiencia, Airbnb puede resultar más cómodo que un hotel, especialmente si tu perro ladra o llora a menudo cuando te vas. La “privacidad” de nuestro airbnb y el hecho de que estaba en un edificio donde vivían otros perros, nos animaba a dejarlo solo algunas horas cuando visitábamos museos o galerías donde Matisse no podía entrar.
Nuestro Airbnb era un departamento completamente para nosotros y antes de reservarlo, aunque desde el buscador filtramos aquellos que explícitamente fueran pet friendly, consultamos con el host la raza y el tamaño de Matisse. Dos nos rechazaron y finalmente el tercero nos aceptó sin problemas, obviamente con la responsabilidad de cuidar el departamento y mantenerlo limpio.
En general es más fácil negociar excepciones y permisos directamente con los hosts de airbnb que con los hoteles, quienes tienen políticas establecidas y en algunos casos, donde si admiten perros, dichas políticas establecen limitantes de peso y tamaño, y las aplican sin importar que el monstruo de perro con el que viajas sea un angelote.
Parques y lugares públicos.
Para nuestra sorpresa (y esto lo investigamos), solo 77 de los 490 espacios verdes en París son pet friendly. Nos encontramos con cientos de pequeños jardines y áreas verdes, tanto en zonas turísticas como habitacionales que tenían claramente el símbolo de “no se admiten perros” en la entrada, Matisse se tenía que conformar con usar de baño algunos arbolitos y arbustos en las banquetas. Afortunadamente no todo es así y descubrimos algunos jardines populares en el centro de París como Champ de Mars, Jardin du Palais Royale, Tuleries y la Esplanade des Invalides donde los perros pueden pasear perfectamente con correa.

Algunos otros como los Jardines de Luxemburgo y el Square Louise Michel frente a Sacré-Coeur no son pet friendly en su totalidad, pero tienen pequeñas secciones cerradas, donde sí se permiten las mascotas, incluso sin correa.
Landmarks y lugares turísticos.
Vimos de todo, la Torre Eiffel, el puente de Alexandre III, la explanada del museo de Louvre, Montmartre, Champs-Élysées, Notre Dame, Sacré-Coeur, Palais Royale; Matisse tuvo una experiencia parisina completa. Evidentemente no entramos con él a los museos, ni admiró París desde la cúpula del Sagrado Corazón o el Arco del Triunfo, pero lo vió todo. Las calles, las avenidas, las fachadas parisinas, los parques y hasta las estructuras más famosas de París, siempre curioso y obediente. La ventaja es que en el centro de la ciudad, todo se puede disfrutar desde la calle y no hacía falta dejarlo en casa.


Visitamos por nuestra cuenta el Musée d’Orsay, donde evidentemente tuvimos que dejarlo unas horas solo, pero fue básicamente lo único que hicimos sin él. En resumen fue una experiencia barata, de mucho caminar y disfrutar con nuestro pequeñito.


Cafés y restaurantes pet friendly.
A diferencia de los parques, la mayoría de los cafés, restaurantes y boulangeries en París son súper pet friendly. La mayoría de estos establecimientos tienen mesas en el exterior y si no, algunos te permiten consumir en el interior con tu perrito. Les comparto algunas opciones, donde la comida, la experiencia y el trato hacia Matisse fueron excepcionales:
The Hardware Société.
A unos cuantos metros de Sacré-Coeur, este es nuestro spot favorito y de Matisse en Montmartre, pues aunque tienen mesas en el exterior, todo el establecimiento es completamente pet friendly. Se especializan en servir brunch estilo Australiano; todo en el menú se antoja pero los french toasts son particularmente una delicia, las porciones son grandes y los ingredientes van variando con frutas y verduras de temporada. Por si fuera poco, la atención y el servicio son inigualables, especialmente hacia los perritos; todo el staff se mostró siempre muy cariñoso con Matisse, así que 10/10.
Le Bimbo.
También en Montmartre, este restaurante es excelente para lunch o drinks por la tarde. Por estar en una esquina tiene un area muy grande en el exterior, con sombrillas y mesas pequeñas, que es completamente pet friendly. La zona es super linda y muy concurrida en la tarde, pues hay otros restaurantes y cafés. El Rigatoni à la Truffe es de los mejores que he probado y el Emince de bavette sauté minute aux épices thaï estaba para morirse. De precio es un poco por encima del promedio, pero vale la pena.
Le Dépanneur Terrasse.
Este restaurante y bar al exterior, inspirado en la California de 1970, es una excelente opción para las tardes soleadas de verano. En la carta ofrecen una gran variedad de bebidas, cocteles, platillos y snacks americanos y al tratarse de un restaurante al aire libre, es completamente pet friendly. Se encuentra en el centro de Pigalle, una zona muy popular y juvenil, por lo que los fines de semana a partir de las 6 de la tarde puede estar un poco lleno, considera eso si tu perrito se estresa mucho con el ruido. Sábados y domingos por la mañana sirven el brunch, también puede ser una muy buena opción.
Veterinarios y documentación para salir de Francia.
En consecuencia de nuestra estancia de 11 días en París, el certificado de salud con el que entramos a Francia ya no era válido para viajar al Reino Unido (tiene una validez de 8 días desde la fecha de expedición) por lo que tuvimos que visitar un veterinario en París que pudiera hacer una revisión médica y proporcionarnos la documentación necesaria.
Dr. Frantz Cappé, 14 Rue Bertin Poirée.
Desde México contactamos al Dr. Franzt y nos aseguramos que tuviera las credenciales necesarias para emitir los documentos que Matisse necesitaba. El trato y rapidez de la consulta en general fue excepcional, administró el tapeworm treatment, realizó una revisión médica general y nos entregó el pasaporte europeo para Matisse con toda la información requerida; en total nos cobró 98 euros.
Es importante mencionar que aunque el doctor habla inglés y pudimos comunicarnos perfectamente con él durante la consulta, su secretaria sólo habla francés y es necesario hacer una cita por teléfono con ella (una amiga nuestra habló por nosotros). Es lo único con lo que batallamos un poco, fuera de eso lo recomendamos ampliamente. Les comparto la página y detalles de contacto del Dr. Frantz aquí.
Y eso es todo. ¿Te gustaría leer más sobre las aventuras de Matisse?, esto apenas empieza. Acabo de abrir una nueva sección en el blog dedicada a nuestro cachorrito y todas nuestras aventuras con él, te invito a explorarla aquí. También visítame en Instagram, ahí comparto más fotos, videos y lo más reciente de mis viajes. Si te gustó este post compártelo con quien creas que lo pueda necesitar, te lo agradezco. Por último, si tienes alguna duda ¡escríbeme y disfruta muchísimo tu viaje!
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